sábado, 30 de agosto de 2008

SANTA ROSA DE LIMA, Virgen


Patrona de América, Perú y las Filipinas Fiesta: 30 de agosto





El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: "Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús".-Catecismo de la Iglesia Católica, 2449





Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva.
Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y ése fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, de suerte que tuvo después bastante dificultad en quitársela. Como las gentes alababan frecuentemente su belleza, Rosa solía restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.
Santa Rosa de Lima
Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros exteriores y contra sus propios sentidos. Pero Rosa sabía muy bien que todo ello sería inútil si no desterraba de su corazón todo amor propio, cuya fuente es el orgullo, pues esa pasión es capaz de esconderse aun en la oración y el ayuno. Así pues, se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.
Aunque era capaz de oponerse a sus padres por una causa justa, jamás los desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones.
Rosa tuvo que sufrir enormemente por parte de quienes no la comprendían.
El padre de Rosa fracasó en la explotación de una mina, y la familia se vio en circunstancias económicas difíciles. Rosa trabajaba el día entero en el huerto, cosía una parte de la noche y en esa forma ayudaba al sostenimiento de la familia. La santa estaba contenta con su suerte y jamás hubiese intentado cambiarla, si sus padres no hubiesen querido inducirla a casarse. Rosa luchó contra ellos diez años e hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.
Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de Santo Domingo, imitando así a Santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó prácticamente en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior era lleno de puntas sirviendo así como una corona de espinas. Su amor de Dios era tan ardiente que, cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Ese fenómeno se manifestaba, sobre todo, cuando la santa se hallaba en presencia del Santísimo Sacramento o cuando en la comunión unía su corazón a la Fuente del Amor.

Extraordinarias pruebas y gracias.

Dios concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos, en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación espiritual.
El demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.
Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".
Dios la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para transportar su cuerpo al sepulcro.
El Papa Clemente X la canonizó en 1671.
Aunque no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en el desierto o en el claustro.

miércoles, 20 de agosto de 2008

MARÍA REINA DEL UNIVERSO


Fiesta: 22 de agosto


María es reina de los ángeles y de todos los hombres.
El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.
Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997>>>, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".
El Santo Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".
"La Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. (...). Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida". Ella es nuestra Madre; Ella , es "LA REINA DEL UNIVERSO Y DE TODO LO CREADO".
"Paz y Bien"

“La santidad no es el privilegio de unos pocos”, advierte el Papa


Insiste en la importancia de los santos para la vida cristiana

CASTEL GANDOLFO, miércoles, 20 de agosto de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aclaró este miércoles que la santidad no es un privilegio de pocos y aseguró que a Dios le gustan los santos "normales"."La santidad se ofrece a todos; es, en realidad, el destino común de todos los hombres llamados a ser hijos de Dios", afirmó durante la audiencia general que concedió a unos 4.000 peregrinos congregados en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.La experiencia personal de los santos "muestra que la santidad no es un lujo, no es un privilegio de unos pocos, una meta imposible para un hombre normal", explicó.Según el Papa, la santidad "se ofrece a todos; naturalmente no todos los santos son iguales: son de hecho, como he dicho, el espectro de la luz divina. Y no es necesariamente un gran santo el que posee carismas extraordinarios". De hecho, añadió, "hay muchísimos cuyos nombres sólo Dios conoce, porque en la tierra han llevado una existencia aparentemente normalísima. Y precisamente son estos santos 'normales' los santos que Dios habitualmente quiere".El obispo de Roma invita a los fieles a aprovechar el verano "para repasar la biografía y los escritos de cierto santo o santa en particular". "Día tras día la Iglesia nos ofrece la posibilidad de caminar en compañía de los santos. Escribía Hans Urs von Balthasar que los santos constituyen el comentario más importante del Evangelio, su actualización en el día a día, y por tanto representan para nosotros una vía real de acceso a Jesús", añadió. "¡Qué importante y provechoso es, por tanto, el empeño en cultivar el conocimiento y la devoción de los santos, junto a la cotidiana meditación de la Palabra de Dios y el amor filial hacia la Virgen!"


Los santos, modelos de vida


El Papa dedicó la alocución de su encuentro semanal con los peregrinos a hablar de algunos de los santos cuya memoria se celebra en estos días, entre ellos, a santa Rosa de Lima, a san Pio X y a san Bernardo de Claraval.De este último recordó que "sobresalía en 'hacer destilar de los textos bíblicos el sentido que se encontraba escondido en ellos'". San Bernardo, además, "ha sido definido también 'doctor mariano', no porque haya escrito muchísimo sobre la Madre de Dios, sino porque supo captar su rol esencial en la Iglesia, presentándola como el modelo perfecto de la vida monástica y de toda otra forma de vida cristiana".De san Pío X, cuya fiesta se celebra mañana, destacó la lucha y sufrimiento de este Papa por la libertad de la Iglesia, por la que "se reveló dispuesto a sacrificar privilegios y honores, a afrontar incomprensiones y burlas, en cuanto que valoraba esta libertad como garantía última para la integridad y la coherencia de la fe". Recordó también a san Juan Eudes, promotor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y María, cuya memoria se celebró ayer, y a santa Rosa de Lima, la primera santa canonizada de América Latina. "Santa Rosa solía repetir: 'Si los hombres supieran qué es vivir en gracia, no se asustarían de ningún sufrimiento y sufrirían con gusto cualquier pena, porque la gracia es fruto de la paciencia'", explicó el Papa.Destacó también la festividad de María Virgen Reina, "memoria instituida por el Siervo de Dios Pío XII en 1955, y que la renovación litúrgica querida por el Concilio Vaticano II ha puesto como complemento de la festividad de la Asunción, ya que ambos privilegios forman un único misterio". Utilizando unas palabras del escritor francés Jean Guitton, el Papa afirmó que los santos son "como los colores del espectro en relación con la luz, porque con tonalidades y acentos propios cada uno de ellos refleja la luz de la santidad de Dios"."Su ejemplo testifica que, solo cuando se está en contacto con el Señor, se llena uno de su paz y de su alegría y se está en grado de difundir por todas partes serenidad, esperanza y optimismo", añadió. Finalmente, exhortó a los fieles a dejarse "atraer a la fascinación sobrenatural de la santidad". "¡Que nos obtenga esta gracia María, la Reina de todos los Sanos, Madre y Refugio de los pecadores!", concluyó.

jueves, 14 de agosto de 2008

En la Virgen María se refleja la bondad de Dios, recuerda el Papa


En su discurso de agradecimiento a la televisión bávara (Alemania) por un documental producido por esta sobre peregrinaciones marianas, el Papa Benedicto XVI destacó que a través de la fe, se puede ver a María misma, "la Madre de Dios en quien se refleja la bondad de Dios".Según informa Radio Vaticano, en su saludo a los responsables de la Bayerischer Rundfunk, el Santo Padre comentó cómo en el documental se ve a tantas personas: jóvenes y ancianos, hombres y mujeres; de todas las generaciones, que están "en camino hacia María". Y dijo que la confianza en la Madre del Señor conserva y conduce a todos por el camino de la fe."Queridos amigos este no ha sido simplemente un filme, sino que ha sido una peregrinación. La Radio Bávara nos ha hecho partícipes de una peregrinación mariana: Eran jóvenes, ancianos, personas sencillas y gente culta, todos en camino hacia la Virgen". "Y en su peregrinaje hemos escuchado también su fe, en la fe resplandece su devoción a la Virgen y resplandece la bondad de Dios. Por esto le damos las gracias y esperamos que este documental pueda inspirar a muchos en su peregrinación hacia la Virgen, para que los guíe por el camino de la fe. Gracias, en la víspera de la Asunción de María. ¡Este es un don especial! ¡Feliz festividad para todos! Gracias", concluyó el Papa.De otro lado, el Santo Padre envió también una Bendición Apostólica a los participantes del XVI Festival Mariano Internacional, que se realiza en Paray-le-Monial, Francia, desde hoy hasta el 18 de agosto.En su mensaje, firmado por el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, el Pontífice alentó a los participantes a tener "el valor de seguir las huellas de la Virgen María". "La Virgen María a través de Su peregrinación de fe y caridad sobre la tierra, revela en Su persona el verdadero rostro de la Iglesia, esposa y sierva del Señor".Seguidamente, el Papa invita a mirar a la Madre de Dios, porque ella ha sido "la primera en recibir la corona de la gloria eterna y en ser elevada al cielo, en cuerpo y alma, por la potencia de Dios".El Papa recuerda también cómo el Misterio de la Fiesta de la Asunción, que se celebra en los días en los que se desarrolla el Festival, revela que "la vida de Aquella que no tuvo otro deseo que cumplir la voluntad del Señor, la ha conducido a la vida verdadera al lado del Hijo".

La Asunción de la Virgen María




La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos. Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado. También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes.La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento. María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios. En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza. María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios. Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.




Un poco de historia




El Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950.La fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los misterios de su vida.Es la celebración de su grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también se celebran por separado en otras fechas.Este día tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes, Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.La maternidad divina de María fue el mayor milagro en su vida y la fuente de su grandeza. Pero Dios no la coronó por su maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre y su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento a Dios.María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.En la Tierra todos queremos llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros a alcanzarlo también. María tuvo una enorme confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios. Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.

PAZ Y BIEN.